Trabajar desde el hogar es una representación bastante clara sobre cualquier índice de productividad con base en todos los beneficios y ventajas que tiene para ofrecer. No obstante, las frecuentes distracciones y la carencia de organización, son factores que pueden llegar a reducir, de manera drástica, el desempeño de nuestras labores.
El hecho de ser productivo no quiere decir que se tenga que estar ocupado permanentemente o trabajar durante mucho más tiempo. Es por ello que, en esta oportunidad, te vamos a compartir ciertos consejos que te podrán ayudar a aprovechar al máximo tu jornada laboral si trabajas de manera remota. Vamos a ello.
Lista de actividades y tareas pendientes
Tu día debe iniciar con un listado de tareas por realizar a lo largo de tu jornada laboral. Este listado puede llegar a ser tan vital que, incluso, podría ser lo que lleve el ritmo del día en su totalidad.
Para lograr esto, trata de elaborar un listado de tareas pendientes un día antes y trata de seguirla durante todo el día. Allí deberás incluir todo, desde los proyectos más grandes hasta aquellas tareas mínimas que pueden ser resueltas en un mismo día, así como el tiempo que cada una necesita para ejecutarse.
Para esto podrías llegar a considerar una agenda online para nutricionistas, ingenieros, médicos, abogados o cualquier otra profesión o labor a realizar. Debes recordar que, una vez la tarea haya sido completada, es necesario marcar su culminación para continuar con las demás labores.
Evitar las tareas simultáneas
Puedes llegar a considerar que realizar múltiples tareas de manera simultánea te va a permitir ahorrar mucho tiempo, pero nada más alejado de la realidad. Mientras se realizan diferentes tareas, el cerebro se ve obligado a modificar el enfoque frecuentemente, algo que puede afectar en gran medida la productividad.
En este punto, lo ideal es tratar de enfocarse en una sola tarea y cambiar el enfoque solamente cuando la misma haya sido culminada. De esta forma vas a estar menos distraído e incluso, será más fácil y rápido completar otras en comparación a ejecutarlas todas al mismo tiempo.
Facilitar procesos y automatizar otros
Puedes aprovechar los recursos que pone a disposición las nuevas tecnologías y ahorrar mucho tiempo y trabajo. Por ejemplo, si tienes alguna cita, reunión de negocios o debes consolidar un acuerdo o venta de servicios, consultas, asesorías o productos, una herramienta útil, funcional y efectiva son los botones de pago online.
Esto puede ahorrar la molesta tarea de cobrar a clientes y usuarios y a la vez, sacar de la lista un proceso que puede llevar más tiempo de lo necesario.
No navegar en la web
Muchos son los trabajos en la actualidad que requieren el uso de la web. No obstante, la red también se puede convertir en un gran agujero negro, ocasionando mucho tiempo perdido, sin mencionar el hecho de que probablemente te puedas desplazar hacia las redes sociales.
En este punto lo más recomendable es apagar el móvil, para no tener la tentación de tener que revisarlo frecuentemente, y tomar descansos del ordenador si deseas ver noticias o disfrutar un poco del clima.
“¿Cuándo soy más productivo?”
¿Eres una persona de gran productividad diurna o nocturna? Por ejemplo, si eres de aquellos a quienes le fascinan las mañanas tranquilas y te concentras en la soledad, trata de realizar las tareas más complejas a primera hora de la mañana. Bajo esta circunstancia, lo más probable es que luego del almuerzo te sientas más cansado, así que lo mejor sería dedicarse el resto del día a dar respuesta a los correos electrónicos o realizar ciertas llamadas telefónicas.
Un merecido descanso a la hora de comer
Es sencillo tomar el almuerzo y comenzar a comer en el escritorio durante un día repleto de actividades, pero almorzar en las horas de trabajo puede llegar a convertirse en un hábito increíblemente perjudicial.
En vez de esto, procura tomar un descanso verdadero para almorzar en el que apagues el ordenador y evites por completo los equipos electrónicos. Utiliza media hora o una hora completa para cambiar tus actividades. Lo más seguro es que después de ello te puedas sentir recargado y preparado para iniciar con la segunda parte de tu jornada laboral.
Fingir que vas a la oficina
Una de las cosas más cómodas al trabajar de forma remota es que lo puedes hacer incluso estando en pijama. No obstante, despertarse y comenzar con la rutina de dirigirte a una oficina genera una gran diferencia en lo que respecta a la productividad. Lo mejor es que programes la alarma, desayunes y utilices la ropa de oficina, así le indicas al cerebro de forma subconsciente que es momento de trabajar y de presentar la mayor productividad posible.
Tener un espacio de trabajo dedicado
No vas a mover tu cama a la oficina, así que este no es el mejor lugar para trabajar cuando te encuentres en casa. En cambio, lo mejor es que crees un lugar que se encuentra destinado para ello. El mismo pudiera ser una habitación o un patio donde coloques un escritorio, una mesa, un pizarrón, un ordenador y todo lo que necesites para realizar tus labores. Procura alejar de estos espacios las camas, sofás o muebles que te puedan incitar a consumir tiempo de ocio si deseas cuidar tu productividad.