La mesoterapia se describe como un tratamiento estético invasivo a nivel bajo, aunque no hay riesgo cero ni siquiera con los tratamientos estéticos que no llegan a atravesar la epidermis.
Es bastante probable que, por este motivo o por la experiencia de las personas que se han colocado en manos de personas que no disponían de la formación mínima requerida, se han llegado a extender ciertos mitos. Uno de ellos es el famoso mesoterapia efecto rebote y ciertos efectos adversos reales de baja frecuencia.
Las sesiones de mantenimiento y su importancia
Cuando estamos hablando del hecho de que la mesoterapia presenta un efecto rebote, los críticos se tienen que apoyar sobre la necesidad de efectuar alguna sesión de mantenimiento cuando el tratamiento ha culminado. Sin embargo, esto no ocurre netamente porque hablemos de un efecto rebote.
Si hablamos de la mesoterapia corporal utilizada para el tratamiento de la celulitis, el efecto rebote es algo imposible, dado que las células grasas que van rompiéndose se suprimen por medio del sistema linfático, mismo que las transporta hacia los riñones.
Algo que sí puede ocurrir es que, si a los tratamientos anticelulíticos no se le añaden planes de acción para optimizar el edema o se sufre una alteración metabólica, paulatinamente se irá acoplando de nuevo el aspecto acolchado tratado sobre las zonas problemáticas. No hablamos del efecto rebote, sino de fisiología cuando no se ha eliminado por completo un factor de peso sobre la aparición de celulitis e inconvenientes de drenaje linfático en términos generales.
En lo que respecta a la mesoterapia facial y los tratamientos corporales en los que se desea devolver la elasticidad a la piel ocurre algo diferente. En estos casos se observa cómo con el paso del tiempo la piel continúa el proceso de envejecimiento natural, mismo que se acelera si no se tiene cuidado al fumar o exponerse constantemente al sol.
En tales casos, la mesoterapia va a revertir una gran parte de los daños acumulados sobre la piel. Sin embargo, no presenta la capacidad plena de detener el envejecimiento biológico, pues es un proceso natural en su totalidad.
Los hematomas y la hinchazón local
Según el área a tratar y del tipo de pacientes, existe la posibilidad de que se presente una inflamación localizada, por lo general tan discreta como para que solamente sea la persona quien la note y la gente más cercana.
En lo que respecta a los hematomas originados por las sesiones de mesoterapia, es una posibilidad más que latente y, por ende, debe ser comentada, aunque se presenta muy pocas veces. Por lo general se presenta como un efecto secundario originado por los fármacos.
¿Solo trata cierto tipo de pieles y problemas específicos?
Nada más alejado de la realidad, pues cualquier tipo de piel sin importar la edad y condición se puede tratar. Sin embargo, pueden existir ciertas excepciones en cuanto a las enfermedades crónicas de la piel y algunas cicatrices muy profundas. Para tales casos concretos, lo mejor es consultar al dermatólogo.
Otros pacientes que no se pueden someter a la mesoterapia sin consultar a un profesional son aquellos que siguen algunos tratamientos anticoagulantes.
Por todo lo demás, la mesoterapia permite la corrección de problemas tan dispares como las arrugas, las pieles deshidratadas, manchas en la piel, flacidez, celulitis, piel apagada, ojeras hundidas y la atenuación de marcas de acné.