La diabetes se puede controlar con el cuidado adecuado, pero aún no hay cura disponible. Algunos científicos creen que la transformación de las células madre en células secretoras de insulina podría ofrecer esperanza.
Un nuevo estudio, que aparece en la revista Stem Cell Reports, destaca la investigación de la Facultad de medicina de la Universidad de Washington en St. Los hallazgos podrían ser significativos en el futuro para las personas con diabetes.
En estudios anteriores, los científicos transformaron con éxito las células madre en células productoras de insulina llamadas células beta. Sin embargo, se encontraron con problemas durante estos intentos anteriores, principalmente porque era difícil regular la cantidad de insulina que producían las nuevas células beta.
Al ajustar la forma en que desarrollaron las células, el equipo detrás del estudio actual ha producido células beta que son más sensibles a los niveles de glucosa en la sangre.
Los investigadores encontraron que cuando trasplantaron las nuevas células a ratones que no podían producir insulina, las células comenzaron a secretar la hormona en pocos días. Mejor aún, ayudaron a controlar el azúcar en la sangre de los animales durante meses.
«Hemos sido capaces de superar una gran debilidad en la forma en que estas células habían sido desarrolladas previamente», dice el investigador principal Jeffrey R. Millman, Ph.D., un profesor asistente de medicina e ingeniería biomédica.
«Las nuevas células productoras de insulina reaccionan más rápida y adecuadamente cuando se encuentran con la glucosa. Las células se comportan mucho más como las células beta en personas que no tienen diabetes», añade.
La diabetes afecta a millones de personas
La diabetes es una enfermedad incurable que afecta a muchas personas. En la diabetes tipo 2, que es el tipo más común, el cuerpo no produce suficiente insulina o no responde adecuadamente a ella.
Aunque el páncreas productor de insulina puede inicialmente crear más de esta hormona para compensar el déficit, no puede mantenerse con el tiempo.
Eventualmente, los niveles de azúcar en la sangre aumentan y ya no es posible que el cuerpo los mantenga dentro de un rango normal y saludable. El aumento del azúcar en la sangre puede conducir a una serie de problemas de salud potencialmente graves.
También es una afección común, que afecta a unos 30,3 millones de personas en los Estados Unidos, o el 9,4 por ciento de la población estadounidense. De los 30.3 millones de personas que viven con diabetes, la Asociación Americana de Diabetes estima que alrededor de 7.2 millones no han recibido un diagnóstico. Actualmente, hay aproximadamente 1.5 millones de nuevos diagnósticos de diabetes en los Estados Unidos cada año.
La diabetes es la séptima causa principal de muerte en los Estados Unidos y, sin un control adecuado, pueden surgir una serie de complicaciones. La diabetes puede afectar los ojos, los nervios y la piel, y las personas con esta afección también tienen una mayor probabilidad de sufrir hipertensión arterial y accidente cerebrovascular.
Los síntomas de la diabetes incluyen aumento de la sed y la micción, hambre excesiva, fatiga extrema, problemas de visión y cortes y moretones que tardan mucho tiempo en sanar.
¿Podría este método funcionar en humanos?
Con la incidencia de diabetes que continúa aumentando, no es de extrañar que los investigadores continúen trabajando con la esperanza de encontrar un nuevo tratamiento para esta afección.
Millman fue parte de un equipo de investigación que primero trabajó en la conversión de células de la piel en células madre en 2014 y luego hizo algo similar en 2016 con células de la piel de una persona con diabetes.
En ambas ocasiones, el equipo trabajó para convertir las células madre en células beta que segregan insulina, pero no funcionaron bien una vez que comenzaron a producir la hormona.
En algunos casos, las células producían demasiada insulina, mientras que en otros, no producían suficiente. Ninguna de estas situaciones es ideal para controlar la diabetes en las personas. Sin embargo, en este estudio, las células beta recién desarrolladas eran mucho más confiables.
«Las nuevas células son más sensibles y secretan insulina que corresponde mejor a los niveles de glucosa.»
Investigador principal Jeffrey R. Millman, Ph.D.
Esta investigación ofrece una nueva y emocionante dirección para los investigadores de la diabetes: ¿podría este concepto producir insulina y funcionar bien en humanos? Los ensayos clínicos tendrían que llevarse a cabo, pero primero, los científicos tendrían que desarrollar una forma de probar las células de forma segura en las personas.
Si llega a ese punto, Millman tiene planes para producir en masa las células. Él y su equipo ya pueden generar más de mil millones de células beta en unas pocas semanas.
Aunque hay un largo camino por recorrer, en principio, esto podría ser un impulso significativo para el tratamiento de la diabetes.