El uso del láser en la atención dermatológica es cada vez más habitual. Desde su aparición en 1959, el láser (Light Amplification by Stimulated Emission of Radiation) se ha convertido en una herramienta versátil. En el caso de la piel, goza de notable aceptación debido a que no deja marcas. Por lo tanto, tiene notables cualidades estéticas. Lo más común es usar el láser para eliminar las capas más externas de la epidermis. Gracias a ello, se quitan superficies con: lunares, acné, manchas, deslustre por envejecimiento, infección por hongos u otros agentes perniciosos.
Un tratamiento en la epidermis con láser fundamentalmente logra tres cosas: vaporizar tejidos (un láser para la piel literalmente elimina capas de la piel), cortar (es como un bisturí, aunque mucho más exacto) y cauteriza (de inmediato impide el sangrado, formación de coágulo y fuerte cicatrización).
Los tratamientos dermatológicos con láser más comunes
Esta herramienta detenta enorme versatilidad. Son muchos los procedimientos que se pueden efectuar sobre la dermis. En los párrafos de este texto, exponemos los usos más reiterados de esta metodología de atención dermatológica:
Tratamientos faciales
Es uno de los usos más solicitados. La ventaja es que no deja cicatrices ni huellas en la piel del rostro. Además, el láser actúa con sobrada precisión en los párpados; zona que suele ser delicada y que requiere de atención. En toda clínica dermatológica laser la atención a la piel del rostro es algo necesario.
Con la ayuda del láser se logra: quitar segmentos de la piel con acné, arrugas, manchas, ojeras, hongos y trazos de envejecimiento. Al no dejar cicatrices, es un tratamiento perfecto para el rostro. La piel del cutis no solo es delicada, sino que las personas la exhiben en todo momento.
Tratamientos corporales
La dermatología corporal abarca el tronco y extremidades. En este caso, el láser es una de las mejores alternativas para borrar las estrías. También, se recomienda el láser para quitar la queratosis y las pápulas.
Curiosamente, es igualmente útil este tratamiento para la onicomicosis (hongos en las uñas). Asimismo, se emplea en el tratamiento de verrugas genitales. Sucede que los genitales son de anatomía blanda y susceptibles, por lo que es mejor atenderlos con esta tecnología en vez de incisiones tradicionales.
Tratamientos estéticos
El tema estético cobra mucha relevancia en la dermatología. La piel es la parte del cuerpo expuesta, que queda a la vista. Por eso, muchas personas piden consulta por asuntos de apariencia en su epidermis. Es decir, no están enfermas. Desean mejorar su epidermis con ayuda del láser. Un ejemplo al respecto es la eliminación de arrugas o manchas naturales.
Para los tratamientos estéticos, el láser y las cremas suelen ser alternativas predilectas. Se trata de acciones que no causan señales de intervención en la dermis.
Depilación
Se utiliza un rayo de luz muy concentrado para quitar el exceso de vello. La melanina del vello capta esta luz, la cual es convertida en calor. El aumento de temperatura daña el folículo, causando que la raíz pierda fuerza y se retrase el crecimiento del vello.
Es importante advertir que no es una depilación permanente. Además, es más eficaz en personas con la piel clara. La gente de piel oscura tiene una melanina más resistente, por lo que la incidencia del láser es menor. Por ende, no es una técnica recomendada en todos los tipos de epidermis.
Con toda esta información nuestros lectores ya tienen idea acerca del uso del láser en tratamientos dermatológicos. Un último consejo es que siempre se necesita de una consulta profesional. Solamente un dermatólogo puede indicar si una persona puede recibir atención con láser sobre su piel.
Las ventajas del uso dermatológico del láser
Ciertamente, el láser ha percibido la confianza de médicos dermatólogos. No es casual que exista tanta certidumbre de sus réditos. Aporta desenvoltura al intervenir la dermis, es rápido, indoloro y con resultados por encima de lo esperado. Veamos algunas dispensas de esta tecnología:
- Posee una precisión milimétrica y quirúrgica.
- Es capaz de barrer toda una capa de piel con tejido enfermo.
- Muy puntual, es casi nulo su efecto sobre la epidermis adyacente.
- No hay ningún riesgo de infección: el láser cauteriza, cicatriza y mata cualquier causante de infección.
- El postoperatorio es muy breve.
- Mínimo porcentaje de complicaciones, secuelas y recidivas.
Todo lo anterior columbra al láser como una herramienta casi ideal para los dermatólogos. Por eso, abundan las ofertas y solicitudes de atención en la epidermis con láser. La oferta es tan variopinta que se necesita conocer los tipos de tratamientos en la piel con esta tecnología.