Muchas personas padecen de bruxismo sin saberlo. Este trastorno consiste en apretar, rechinar o crujir los dientes de modo inconsciente. Suelen padecerlos quienes tienen estrés, ansiedad o nervios. En ocasiones, realizan el acto de rechinar los dientes como un tic nervioso. Sin embargo, un rasgo muy frecuente del bruxismo es apretar y deteriorar los dientes en horas de la noche. La persona tiende a rechinar la dentadura de manera inconsciente. Al despertar, padecerá dolor en la mandíbula y en la cara.
Las secuelas del bruxismo son bastante graves. Los dientes se deterioran, ya que están sometidos a un roce y presión constante. Además, corren el peligro de astillarse. La fuerza constante del crujir de los dientes elimina el esmalte. En consecuencia, se empiezan a observar deterioro en los dientes. También, tratamientos dentales como resinas y prótesis dentales se caen o rompen. Cuando esto sucede, es necesario hacer algo para solventar el problema del bruxismo.
¿Hay tratamientos para el bruxismo?
Si, de hecho, existen varias alternativas. Algunas opciones transitan por la odontología estética; reparando los daños causados en los dientes. En tales casos, se trata de acciones posteriores al efecto del bruxismo. Es decir, una vez que los dientes se han deteriorado; corresponde atender los problemas causados.
Igualmente, también se puede aplicar un tratamiento preventivo. En tales casos, se procura que la persona no desarrolle el hábito del bruxismo. En dado caso, las acciones a tomar dependen de cada paciente. Por eso, las queremos describir a continuación.
Tratamientos odontológicos
Son los primeros que se suelen aplicar. Por supuesto, es el odontólogo el primero en percatarse de los problemas derivados del bruxismo. Lo primero que observa el dentista es el desgaste del esmalte en los dientes. También, sospechará de bruxismo si se rompen o caen resinas colocadas en reparaciones en tales. Igualmente, si prótesis de porcelana o aparatos de ortodoncia se deforman o rompen por efecto de la presión dental.
Una vez diagnosticado de bruxismo, es necesario indicar su nivel. El bruxismo es fácil de corregir y no suele implicar mayor intervención sobre los dientes. En cambio, los casos graves de bruxismo requieren una intervención con celeridad. Usualmente, los odontólogos optan por dos alternativas: 1) la corrección de maloclusiones y 2) la utilización de férulas oclusales.
Corrección de maloclusiones
Una maloclusión es un punto donde los siguientes no cierran, no caen o no encajan correctamente. En consecuencia, la persona siente incomodidad. Se desarrolla así el indebido hábito de mover los dientes. Todo este movimiento se convierte en rechinar o presión excesiva. Por lo tanto, esta corrección es importante.
Se trata de una técnica de odontología conservadora. Simplemente, se rebajan un tanto las cúspides dentales. Se busca que todo cuadre bien. Cuando el paciente cesa de sentir la molestia de la maloclusión, entonces tiende a abandonar el pernicioso bruxismo,
Férulas oclusales
Es una acción que no corrige el bruxismo, es decir, no evita que el movimiento en la boca del paciente continúe. Estas férulas tienen solo la misión de proteger los dientes en horario nocturno.
Por lo general, en horas nocturnas (al dormir), el paciente con bruxismo rechina los dientes con fuerza. Las férulas son unas fundas (hechas a la medida del paciente) que impiden que los dientes choques y rocen entre sí, evitando el desgaste.
Como vemos, los tratamientos odontológicos tienen un límite. Rara vez, atacan la causa que detona el bruxismo: estrés, ansiedad, nerviosismo, etc. El bruxismo en ocasiones es un tipo, una manía, un movimiento repetitivo que la gente efectúa para liberar tensión.
Tratamientos farmacológicos
Es importante recordar que las causas del bruxismo son variadas. En ocasiones, se habla de factores hereditarios: los hijos de personas con bruxismo repiten este comportamiento. Igualmente, hay consenso en validar otros causantes como: ansiedad, depresión, ira reprimida (las personas cuando se molestan aprietan los dientes) o manías repetitivas.
Quienes padecen de nerviosismo, suelen aminorar el bruxismo mediante el uso de calmantes. También, los relajantes musculares ayudan a suavizar la presión dental al momento de dormir. No obstante, estos tratamientos no pueden ser perennes. Es necesario detectar y atender la causa de fondo que genera este problema.
Tratamientos psicológicos
Para detectar la causa de fondo lo mejor es un tratamiento psicológico. Mediante conversaciones, así como en la realización de un test, se puede hacer un perfil psicológico del paciente. También, es relevante detectar los momentos en que se produce bruxismo. En dado caso, algunos consejos que siempre indicarán los psicólogos en estos casos son los siguientes:
- Mejorar los hábitos de sueño: el insomnio y dormir a deshoras empeoran el bruxismo.
- Hacer lo posible por dormir tranquilo. Acostarse con preocupaciones, molestias o tristezas detona el bruxismo.
- Ganar conciencia: cada vez que la persona se descubra rechinando los dientes, debe eliminar ese hábito.
- No consumir chicles ni caramelos, ya que estas golosinas hacen que la boca se mueva del mismo modo en que lo hace el efecto bruxismo.
El bruxismo es una manifestación de incomodidad. El paciente no se siente a gusto consigo mismo, está molesto por algo o tiene una gran preocupación. Sin embargo, el bruxismo ocasiona un serio deterioro de la salud dental. En dado caso, es un problema que se manifiesta a largo plazo. Luego de varios años con bruxismo, la gente empieza a notar fracturas dentales o pérdida de esmalte. Por eso, lo mejor siempre es prevenir el burocratismo y atacar sus causas.