Algunos alimentos y suplementos se denominan adaptógenos porque se “adaptan” para ayudar al organismo a hacer frente a las consecuencias físicas y mentales del estrés. Este puede ser físico u orgánico, provocado por toxinas o enfermedades o psicológico o mental devenido de situaciones difíciles y agobiantes de la vida cotidiana.
Los investigadores que buscaban estrategias para reducir la fatiga mental y física y aumentar la resistencia durante el ejercicio físico intenso y en condiciones difíciles dieron origen al concepto de adaptógenos.
Las investigaciones empezaron en alimentos y productos naturales derivados de plantas hasta crear una serie de productos como el Energyheal de Adaptoheal que está compuesto por extractos de Schisandra, Suma, Rhodiola Rosea, Maca, Ashwagandha, American Ginseng, Leuzea, Siberian y Ginseng Panax. Todas ellas, sustancias de origen natural sintetizadas en laboratorios para potenciar su efecto.
No solo contra el estrés
Los partidarios de remedios naturales y sus diversos beneficios ampliaron la gama de usos potenciales de los adaptógenos. Han sido durante años coadyuvantes de tratamientos contra el cáncer, la ansiedad, la depresión, para elevar los niveles de energía, equilibrar y normalizar el azúcar en sangre, mejorar la memoria, tratar problemas hormonales, optimizar la función cognitiva y ralentizar el proceso de envejecimiento, entre otros muchos efectos positivos.
Entre los adaptógenos más comunes que se usan en medicamentos naturales están los siguientes, todos ellos provenientes de plantas que se han usado milenariamente para la buena salud:
- Ashwagandha
- Bacopa
- Astrágalo
- Eleutero
- Cordyceps
- Gotu kola
- Albahaca sagrada
- Panax ginseng
- Maca
- Rhodiola
- Reishi
- Tinospora cordifolia
- Schisandra
¿Son efectivos los adaptógenos?
Los adaptógenos poseen un número de compuestos muy diversos. Cada uno de ellos sirve para uno o varios propósitos. Cada producto debe evaluarse de forma independiente para las determinadas enfermedades que pueden ayudar a curar.
Estos se usan sobre todo para el estrés. Sin embargo, el propio término “estrés” es muy ambiguo. Este involucra una serie de dolencias y malestares tanto físicos como mentales.
El estrés mental, por ejemplo, incluye las obligaciones cotidianas como la familia, el trabajo, las finanzas y lo que la mayoría de la gente considera factores inquietantes. Por su parte, está también el esfuerzo físico derivado de las múltiples actividades diarias, los entrenamientos deportivos o soportar calor o frío intensos.
Existe, asimismo, algo conocido como estrés celular. Se trata de la reacción de nuestras células a venenos, toxinas. microbios o una deficiencia de nutrientes u oxígeno. Es improbable, entonces, que un solo alimento o sustancia tenga un efecto sanador similar sobre todos estos tipos de estrés porque son muy distintos entre sí.
La importancia de la composición
Una gran parte de la literatura científica que respalda los adaptógenos se centra en cuantificar o medir las hormonas como el cortisol producido por las glándulas suprarrenales. Esta sustancia se libera de manera natural como reacción al estrés. Pero, en exceso es dañina y no solo causa estrés, ansiedad o depresión, sino el síndrome de Cushing. Los adaptógenos pueden incluir proteínas del sistema nervioso como el neuropéptido y varias enzimas que sirven de neurotransmisores como la dopamina o la serotonina.
Estos son potenciadores del sistema inmunitario y compuestos que reducen la inflamación al igual que los antioxidantes. Es por todo esto que
