diciembre 11, 2024
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Aumento de pecho: Todo lo que debes saber antes de someterte a esta cirugía

Si buscas aumento de pecho en Google Noticias, es probable que aparezcan titulares alarmantes sobre condenas a cirujanos por negligencias o relatos de mujeres que han terminado en la UCI tras complicaciones. A pesar de esta realidad, es fundamental huir del alarmismo. La mamoplastia de aumento es una de las intervenciones más populares y seguras, siempre que se realice por profesionales expertos en el aumento de pecho.

De ahí que vayamos a abordar en este artículo, los puntos más importantes que hay que tener en cuenta antes de someterse a una intervención de estas características con total seguridad y confianza. Cuando ponemos nuestra salud en las manos de otros, estas deben ser las mejores.

¿Qué es la mamoplastia de aumento?

Para quienes no estén familiarizados con el término, la mamoplastia de aumento, también conocida como aumento de pecho, es un procedimiento quirúrgico para incrementar el tamaño o cambiar la forma de los senos. Esta cirugía estética es extremadamente popular en España, y según la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), supone más del 40% de las intervenciones de cirugía plástica realizadas en España cada año.

La importancia y popularidad de esta cirugía estética radica en que puede mejorar la autoestima y la confianza de las mujeres. Si bien es cierto que los motivos que suelen llevar a solicitar un aumento de mama son variados, todos tienen en común que el objetivo final es el de mejorar la apariencia física y la autoconfianza.

En este sentido, esta intervención también corrige asimetrías o defectos de nacimiento, y restaura el volumen perdido después de un embarazo o una pérdida de peso significativa.

En cuanto a los requisitos para someterse a una intervención de aumento de pecho, lo recomendable es tener una edad mínima entre 17 y 18 años, haber alcanzado la madurez física y psicológica, y pasar una evaluación médica previa que incluya análisis de sangre, electrocardiograma y una mamografía. Al respecto, es fundamental que las pacientes comprendan que la mamoplastia de aumento no solo se trata de un cambio físico, sino que también implica una preparación emocional y médica adecuada. 

Todos estos requisitos sirven para que los profesionales encargados de este tipo de intervenciones se aseguren de que sus pacientes están listas para los resultados y el cuidado postoperatorio necesario, identificando cualquier posible riesgo y garantizando que han recibido toda la información necesaria para tomar su decisión.

Tipos de prótesis mamarias

La elección del tipo de prótesis mamaria es otro de los puntos cruciales para alcanzar el éxito en la intervención. Esta dependerá de varios factores como la morfología del seno, las necesidades y preferencias de la paciente, así como de la experiencia y criterio del profesional encargado de llevar a cabo la intervención.

Por ello, la realización de una evaluación detallada es lo más importante a la hora de llevar a cabo una cirugía de estas características y determinar el tipo de implante que mejor se va a adaptar a cada paciente. Cada mujer es única, y lo que funciona para una puede no ser lo mejor para otra.

De este modo, los tipos de implantes disponibles son:

  • Prótesis redondas: Estas proporcionan un aumento uniforme en todo el seno y son ideales para quienes que buscan un aumento significativo.
  • Prótesis anatómicas: Imitan la forma del seno.
  • Prótesis de suero salino: Estas prótesis están rellenas de agua salada estéril y se pueden llenar con diferentes cantidades de solución, lo que afecta su forma, firmeza y sensación al tacto.
  • Prótesis de gel: Son las más comunes y ofrecen una sensación más natural al tacto. Están fabricadas con un gel ultra cohesivo de silicona, que evita que el implante se deforme.

En consulta, se prueban los volúmenes definitivos que mejor se adaptan al paciente. Una vez que tanto doctor y paciente deciden el tipo de prótesis más adecuado, y las pruebas médicas son positivas, llega el momento de fijar la intervención. Esta cirugía suele durar alrededor de unas dos horas, un tiempo en el que habrá que poner anestesia general o anestesia local con sedación.

Una vez puesta, el médico realiza la incisión, que pueden ser en la incisión o incisiones (en la parte inferior del seno, debajo del brazo o alrededor del borde de la areola) para a continuación colocar el implante. Por último, se cierra la incisión y se utilizan los drenajes necesarios para reducir la acumulación de líquidos.

Durante la recuperación, es importante seguir las recomendaciones del cirujano, que incluyen el uso de un sostén de soporte especial, evitar actividades físicas intensas y no conducir durante una o dos semanas. 

En esta fase, hay que tener en cuenta que la recuperación es un proceso importante que requiere paciencia y cuidado. Por ello, antes de tomar una decisión, es esencial consultar con un cirujano plástico especializado y discutir las expectativas y preocupaciones. El objetivo: acceder a un profesional que ofrezca las garantías médicas necesarias para asegurar que el proceso se haga en un entorno de confianza y seguridad.

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