diciembre 1, 2025

La fisioterapia como tratamiento clave del síndrome del túnel carpiano

La intervención temprana marca la diferencia en cualquier tipo de lesión o enfermedad. Si buscas información sobre opciones terapéuticas, te recomendamos fisioterapia para el síndrome del túnel carpiano. En Madrid, IMFIS aparece como referente por su enfoque individualizado y por integrar técnicas manuales y programas de readaptación funcional.

Qué es el síndrome del túnel carpiano

El síndrome del túnel carpiano es una neuropatía por compresión del nervio mediano a nivel de la muñeca. Sus síntomas más habituales son dolor, hormigueo y adormecimiento en pulgar, índice, medio y parte del anular

En casos avanzados puede aparecer pérdida de fuerza y dificultad para agarrar objetos. Los factores de riesgo incluyen movimientos repetitivos de la mano, posturas mantenidas, enfermedades metabólicas y, en algunos pacientes, procesos inflamatorios locales.

Cómo ayuda el fisioterapeuta

El fisioterapeuta actúa sobre varios frentes: alivio del dolor, recuperación de la función y prevención de recaídas.

La valoración inicial es fundamental, ya que se analiza la historia clínica, la postura, la mecánica de mano y muñeca, y la presencia de factores que perpetúan la compresión. A partir de ahí se diseña un plan personalizado que puede combinar técnicas manuales, ejercicios, educación y medidas ergonómicas.

Entre las intervenciones más habituales están la movilización neural del nervio mediano para mejorar su deslizamiento, terapia manual de muñeca y antebrazo para reducir tensiones, técnicas de liberación de tejidos blandos y el trabajo progresivo de fuerza y coordinación. Además, el fisioterapeuta instruye en hábitos posturales y en adaptaciones del puesto de trabajo o de las tareas diarias para disminuir la carga sobre el túnel carpiano.

Tratamientos específicos y evidencia práctica

Las opciones conservadoras bien aplicadas ofrecen buenos resultados, sobre todo en casos leves y moderados. Los tratamientos pueden incluir:

  • Vendajes y férulas nocturnas para mantener la muñeca en posición neutra y reducir la presión intracanal.
  • Programas de ejercicios supervisados para mejorar movilidad, fuerza y control motor.
  • Técnicas físicas como electroterapia o terapia con láser en centros que las integren de forma razonada.
  • Inyecciones de corticosteroides en casos seleccionados, siempre valorando riesgos y beneficios.

La función del fisioterapeuta consiste en escoger y graduar estas herramientas según la evolución del paciente. Cuando la compresión es severa o existe atrofia muscular, suele recomendarse la valoración por un especialista en cirugía de la mano; aun así, la fisioterapia mantiene un papel importante antes y después de la intervención para optimizar resultados.

Volver a la actividad y prevención

La recuperación funcional no solo implica desaparición del dolor, sino recuperar la fuerza y la habilidad para las tareas diarias o laborales. El fisioterapeuta planifica progresiones de carga, adapta ejercicios a las demandas reales del paciente y propone cambios ergonómicos concretos: 

  • Ajuste de altura de superficies.
  • Descansos programados.
  • Herramientas con empuñadura adecuada.
  • Modificación de gestos repetitivos.

La educación del paciente es clave, por eso hay que conocer factores de riesgo, reconocer síntomas tempranos y aplicar autocuidado para reducir la probabilidad de cronificación. En centros como IMFIS en Madrid, el enfoque multidisciplinar y la continuidad del tratamiento, facilita un retorno más seguro y sostenido a las actividades habituales.

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