Investigaciones publicadas tan recientemente como el año pasado han demostrado que cuando una persona se toma de la mano con su pareja, se vuelve más resistente a los estímulos dolorosos.
El estudio sugirió que esto sucede porque cuando tocamos a alguien que amamos, nuestras ondas cerebrales se sincronizan, haciendo que los estímulos dolorosos parezcan menos dolorosos.
Pero, ¿puede tener el mismo efecto simplemente estar en compañía de la persona que amamos? Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Ciencias de la Salud, Informática Médica y Tecnología en Hall, Austria, y la Universidad de las Islas Baleares en Palma de Mallorca, España, así lo cree.
Según los investigadores, el solo hecho de estar en la misma habitación que nuestra pareja romántica puede mejorar nuestra tolerancia al dolor, incluso si no nos tomamos de las manos, no nos tocamos ni recibimos ningún apoyo verbal. Los hallazgos del estudio aparecen en el Scandinavian Journal of Pain.
«Para ampliar nuestro conocimiento sobre el papel de las diferencias individuales en la modulación del dolor social, el presente estudio pretende investigar las implicaciones de la empatía disposicional, que se refiere a una tendencia estable a conocer y experimentar indirectamente los pensamientos, sentimientos y percepciones del otro», explican los autores en el artículo del estudio.
La presencia de la pareja puede `reducir el dolor agudo’.
Para su investigación, los investigadores reclutaron 48 parejas heterosexuales, en las que las parejas tenían una edad media de 25,40 años. Los socios habían estado juntos durante un período medio de 3,22 años.
Para evaluar la empatía de cada pareja, los investigadores les pidieron que rellenaran un cuestionario. Luego, probaron cómo cada persona reaccionaba al dolor por presión bajo dos condiciones experimentales diferentes: cuando estaban solos y cuando estaban en presencia de su pareja.
En el segundo escenario, la pareja, aunque presente en la habitación, permaneció totalmente pasiva, sin tocar o hablar con su pareja. Para medir la sensibilidad al dolor en cada ocasión, los investigadores utilizaron una herramienta especial conocida como algómetro de presión.
El equipo encontró que tanto hombres como mujeres parecían ser más resistentes al dolor cuando estaban en presencia de su pareja romántica. Además, cuanto mayor sea el nivel de empatía de la pareja romántica, mayor será su tolerancia al dolor.
«Se ha demostrado repetidamente que hablar y tocar reduce el dolor, pero nuestra investigación muestra que incluso la presencia pasiva de una pareja romántica puede reducirlo, y que la empatía de la pareja puede amortiguar la angustia afectiva durante la exposición al dolor», dice el primer autor, el profesor Stefan Duschek.
Sin embargo, los autores también admiten que su estudio enfrenta algunas limitaciones. Por ejemplo, los investigadores advierten que los participantes podrían haber sentido menos dolor cuando su pareja estaba en la misma habitación simplemente porque su presencia los distrajo de la sensación dolorosa.
«No se puede descartar la posibilidad de que la reducción del dolor se deba en cierta medida a la distracción causada por la mera presencia de la pareja, en lugar del apoyo real», escriben los autores.
Aún así, el equipo concluye que sus hallazgos indican un efecto significativo del vínculo romántico sobre la sensibilidad al dolor:
«A pesar de las restricciones, el estudio demostró que la presencia de una pareja romántica es efectiva para reducir el dolor agudo incluso sin su retroalimentación activa, y que este efecto aumenta con la empatía de la pareja».